domingo, 3 de abril de 2011

Capítulo 21: "Fiesta y Propuesta"


Me quedé un rato recostada en la puerta, hasta que reaccioné.  Eran más de las 5 de la tarde y tenía que estar lista para la noche que no tardaría mucho en llegar.

Definitivamente tenía que ponerme en manos de alguna peluquera, estaba echa un desastre. Mis greñas color azabache eran una batalla difícil de ganar, imposible ponerlos en orden, mi rostro andaba más pálido que de costumbre y mi mirada revelaba lo fastidiada que estaba con ese compromiso.

Me acordé al instante de que no tenía necesidad de salir a la calle para una búsqueda desesperada por un taxi, me acordé de Brandon, aquel agradable señor que me dio su número para cualquier otro día que requiera de sus servicios. Corrí hacia mi habitación para buscar ese pequeño papel que guardé en una de las agendas de Adela. Para mi suerte, aún seguía ahí.
Marqué el número, Brandon contestó.

-¿Hola?

-¿Señor Brandon? -pregunté tímidamente.

-Si soy yo, ¿usted… es?

-Ah… si, verá… soy Valeria, hace unos días me hizo un servicio de taxi y quería saber si…

-¿Valeria? -me cortó- Oh niña, qué alegría escucharte de nuevo. Pero dime, ¿qué deseas?

-A eso iba -reí- pues, necesito que me haga un servicio especial. ¿Podría?

-¡Claro que sí! usted solo indíqueme todo y yo estoy a su disposición.

-¡Gracias! -dije alegremente para luego indicarle la dirección, el horario y todo lo demás.

-Está bien, en menos de media hora estoy ahí. Hasta luego.

Colgué y fui a hacer los últimos arreglos para esa noche, iría a un salón para ver qué podía hacer con mi rebelde cabello y de ahí regresaría para vestirme y dirigirme hacia allá.

Después de unos minutos, un muchacho vino a avisarme que el Sr. Brandon ya estaba esperando por mí, así que bajé, entré al taxi y lo saludé muy amablemente. Le indiqué a donde quería ir y al darse cuenta de mi inquieta expresión en el rostro, aceleró.

-¿Algún compromiso señorita? -preguntó sacándome de mis pensamientos.

-¿Eh? Si, usted sabe… reuniones con famosos para poder sacar alguna historia. -sonreí levemente y dirigí mi mirada hacia la ventana.

-Ah claro, olvidaba que usted era periodista…

Hubo un silencio, un largo silencio hasta que llegamos a un salón de belleza que estaba sin clientes para mi suerte.
Bajé del taxi y le dije a Brandon que me esperara, el asintió.

Cuando entré sentí al instante el agradable ambiente, al instante una señorita de cabello color rojizo; tan intenso como el de Adela, me invitó a pasar, ya que me había quedado en la puerta.

-¿Usted ha venido a verificar el local o a ponerse más linda de lo que es? -preguntó con una contagiosa sonrisa en el rostro.

Eché a reír y me senté para ponerme en manos de esa tan agraciada señorita, le indiqué qué hacer con mi cabello.

Unas delicadas ondas empezaron a caer sobre mis hombros casi al instante, no quise hacerme algo tan llamativo, solo quería algo que me haga ver presentable y sencilla a la vez. Ese siempre ha sido mi estilo.

-¡Listo! Usted ha quedado perfecta. -exclamó la chica de cabello rojizo.

-Gracias, mi cabello quedó presentable… -reí- ha hecho un gran trabajo.

Le pagué y salí rápido de ahí, tenía la suerte de tener al Sr. Brandon a mi disposición, se me había hecho tarde… estaba segura que Adela me iba a matar en cuanto llegue.

Llegué a la habitación y corrí a vestirme, solté un gran suspiro de alivio al ver que el vestido todavía me entallaba bien. Una vez ligeramente maquillada ya estaba en camino hacia la fiesta, por suerte no había olvidado llevar conmigo la dirección y pudimos llegar sin ningún inconveniente.

La entrada estaba infestada de periodistas, camarógrafos, estrellas, carros lujosos y más. Así que decidí bajar del taxi y caminar la poca distancia que quedaba hacia la puerta.
Era una mansión escandalosamente lujosa, como me lo imaginé. Al llegar a la puerta mostré el carnet que me había dado Adela, entré sin dificultad alguna.

Cuando entré, me sorprendí mucho, estrellas que jamás pensé ver en mi vida estaban ahí, frente a mi. Hablando entre ellos, tomando bebidas, comiendo los diferentes aperitivos que ofrecían los mozos, algunos bailando, otros simplemente riendo y disfrutando del buen ambiente. Me quedé parada en un rincón, tratando de no llamar la atención y buscando con la mirada a Adela y a Courtney.

-¡Hasta que llegaste niña! -exclamó una voz femenina atrás mío.

Me di la vuelta… era Adela.

-Lo siento, se me hizo tarde. -mirando a los lados- ¿y Courtney?

-La dejé con Michael.

Me sobresalté, escuchar su nombre era como si de pronto me dieran cuerda y las ganas de verlo se hagan más grandes e intensas. Dirigí mi mirada a Adela, estaba partiéndose de la risa, tal vez había puesto otra vez mi cara de “gatita degollada”, como decía ella.
Le dí un pequeño codazo para que dejara de reírse, ella paró al instante al ver que estaba armando un escándalo con sus ruidosas carcajadas.

-Bien, ya estoy aquí… ¿dónde comienzo? -pregunté poniéndome un tanto nerviosa, jamás había visto tanta gente famosa en un solo lugar. Tenía miedo de ponerme como una nena de 5 años por la “emoción”.

-Mira, es una fiesta… puedes pedir pequeñas entrevistas a cualquier famoso que se te ocurra, ¡eso sí! -me advirtió poniendo su dedo índice frente a mi rostro de manera amenazante- No los incomodes, sino… perdemos toda oportunidad.

-¿Me crees acaso una novata? -la miré levantando una ceja- aunque no puedo negarte que me siento nerviosa, pero no te preocupes… no te decepcionaré. -y terminé con una sonrisa fingida.

Adela suspiró. Capas de alivio, capas de resignación al saber que aunque me haya dado esa advertencia igual termine por arruinarlo todo. Ella me tenía confianza, pero en estos días he hecho cosas suficientemente absurdas como para que ella vaya perdiendo esa confianza poco a poco.

-Solo… haz lo que tengas que hacer. -culminó sonriendo levemente y alejándose de mí.

Y me quedé parada, en medio de todo el alboroto. Era tiempo de empezar con mi trabajo, pero no sabía exactamente cómo.
Caminé varios minutos por el lugar ignorando algunas incómodas miradas, tratando de pasar desapercibida. Pero creo que cuando tratas de actuar lo más “normal” posible, ridículamente llamas más la atención.

Inexplicablemente tomaba cada trago que ofrecían los meseros, capas y así la seguridad volvía a mí. Menuda tontería, todo esto me hacía parecer una total novata, al parecer Adela tenía de qué preocuparse.

-¡Eres una alcohólica! Y yo que te tomaba como mi ejemplo a seguir. -escuché entonces una vocecita atrás mío, haciendo que casi botara el líquido que tenía en la boca del susto que me pegó. Volteé lentamente, era Courtney.

Estaba riéndose a carcajada abierta por la forma en que reaccioné, pero no me molesté, en cambio me contagié de su risa perdiendo toda inseguridad y librándome de toda tensión.
Su cabello iba suelto, tan lacio y rubio como siempre. Llevaba un vestido blanco que le llegaba a las rodillas haciéndole tomar un aspecto angelical, un leve rubor en las mejillas y un delineador que hacían resaltar el color azul de sus ojos.

-No lo soy pequeña, solo que estoy algo tensa… o bueno lo estaba. Tu comentario me hizo reír mucho. -bajando la voz- para serte sincera, tanto famoso me pone nerviosa, pero ¡ya! Tengo que empezar con todo de una vez sino Adela no me deja entrar a la casa esta noche.

Reímos un largo rato, hasta que Courtney me dijo que me dejaría sola para que pueda hacer lo mío. Asentí y ella se fue perdiéndose en medio de tanta gente.

Pasaron unas horas y ya había comenzado con mi trabajo, poco a poco iba perdiendo la timidez y la rigidez de mi cuerpo iba librándose. Por ratos buscaba disimuladamente con la mirada a Michael, pero no había ni un rastro de él. Quería aunque sea saludarlo o que el me sonría a lo lejos, eso era más que suficiente para seguir animada esa noche.
Estar caminando de un lado a otro con tacos, no era lo más cómodo del mundo, estaban empezando a molestarme los zapatos, así que me senté en una silla que para mi suerte estaba libre de cualquier persona.
Me dí cuenta que alguien me estaba observando, miré a todos los lados y cuando fijé mi mirada al frente, me dí cuenta de que la persona que me observaba era Janet. Ella se dio cuenta de que también la estaba mirando, se acercó al instante hacia donde estaba y se sentó a mi lado.

-¿La estas pasando bien? -preguntó animada, con esa sonrisa en el rostro increíblemente parecida a la de Michael.

-Un poco, si tan solo no estuviera trabajando… estaría pasándola muy bien. -respondí acomodándome los zapatos de manera casi vulgar.

Janet echó a reír, seguramente se burlaba de la manera en que me acomodaba el calzado o tal vez de mi aburrida expresión. Deseaba poder salir de ahí en cualquier momento, pero no sin antes ver a Michael por lo menos un segundo.

-Todos me preguntan por ti, creen que eres muy buena en lo que haces. -comentó Janet haciendo que me detuviera en mi lucha contra mi incómodo calzado, la miré confusa. No veía razón por la cual comentaran sobre mi “buen” trabajo, en cambio, pensaba salir con una reputación de mala periodista.

-¿En serio? -la miré fijamente- no lo puedo creer, solo he entrevistado a poca gente, créeme que estos zapatos me están matando. Además, esta clase de fiestas no son para mí y menos si ando se preguntona por todos lados. -terminé haciendo un mohín que causó la risa instantánea en Janet.

-¡Pero si ese es exactamente tu trabajo! -exclamó aún entre risas- creo que ya has hecho suficiente por hoy, trata de disfrutar de la fiesta… eres una invitada después de todo ¿no?

-Si, lo soy… pero tengo que cumplir con mi deber. -suspiré- no te preocupes Janet, en serio, me siento bien haciendo esto.

Era obvio que estaba mintiendo, pero no quería que Janet se sienta comprometida por el mal momento que estaba pasando. Me puse de pie, pero al instante ella me detuvo del brazo.

-¿Quieres ver a Michael, cierto? -preguntó directa con una sonrisa pícara en los labios.

Al instante sentí como mis mejillas quemaban, estaba segura que mi rostro tenía un rojo intenso haciéndome lucir indefensa ante la pregunta de Janet.

-Lo sabía. -soltó una risita- si quieres te llevo con él y así….

-No, gracias -la interrumpí- no es… necesario, tengo que terminar con esto. Michael sería una gran distracción si logro verlo.

Janet me miró con la expresión confusa, para luego convertirla en una expresión de alegría.

-Yo sé que quieres verlo, si tan solo vieras tu rostro cuando te hablo de él…

Mierda. Tenía que aprender a controlar mis expresiones, me moría de vergüenza al imaginar la cara que tenía.
“Debo lucir como una verdadera tonta”, pensé.

-Esta bien, llévame donde él. -me rendí- Pero solo quiero verlo un rato. -Nos pusimos de pie, pero al instante recordé la advertencia de Adela hace unos días atrás. -¡Espera! Veré a Michael, pero tiene que ser a… escondidas.

Un nuevo frenesí de risas invadió a Janet, su risa me parecía la más encantadora, pero en ese momento… se me hizo molesta.

-¿Hablas en serio? -asentí agachando la cabeza- Bueno, esta bien seguro sigues órdenes, pero ven… sígueme.

La seguí, pasamos caminando entre muchísima gente, Janet saludaba a todos y yo puse una gran sonrisa fingida en mis labios, respondiendo al saludo de cada uno para mostrar cordialidad.
Subimos escaleras, recorrimos varios pasadizos. El recorrido se me hizo eterno, pero todo valía para ver al chico de los hermosos ojos marrones.

Janet me conversaba durante la búsqueda, yo a veces reía ante las ocurrencias de ella. Era realmente divertida, tenía el mismo humor de Michael, sabía que eso venía de familia.
Hasta que al fin, llegamos. Estábamos en medio de un inmenso jardín, la luz de la Luna se filtraba entre las ramas de los frondosos árboles que yacían ahí, se podía escuchar el sonido de los grillos, haciendo que el jardín tome un hermoso aspecto nocturno e íntimo. Había una pequeña laguna rodeada de flores multicolores y unas cuantas bancas de aspecto añejo color blancas.
Divisé a Michael a lo lejos, estaba sentado con los codos apoyados en las piernas y la cabeza gacha. Janet me hizo un ademán para que vaya hacia él. Caminé, pero al instante divisé una sombra a su lado, no me detuve, seguí caminando hasta que poco a poco me percaté que esa sombra tenía silueta femenina. En ese momento el corazón se me aceleró, tanto que podía escuchar los sonidos de mi arrítmico latir, cuando ya estaba a escasos centímetros de donde él se encontraba me detuve.
Michael no se había percatado de mi presencia y así lo prefería, solo tuve el valor para pronunciar su nombre.

-¿Michael? -pregunté casi susurrando, pero fue suficiente para que él me escuchara. Volteó y al verme apareció una enorme sonrisa en su rostro.

-¡Valeria! -exclamó poniéndose de pie dejando al descubierto aquella sombra que como me imaginaba, era una mujer.

Me abrazó fuertemente, pero yo no le respondí el abrazo. Intento besarme, pero yo le esquivé todo acercamiento amoroso, estaba tan ocupada descifrando la identidad de aquella mujer.

-¿Pasa algo? -preguntó al instante Michael alejándose de mí- ¿Hay algún problema?
-¿Quién es… ella? -cuando lancé esa pregunta el corazón se me aceleró más, pensé que iba a salirse de mi pecho en cualquier momento.

-¡Oh! ¿Ella? -se volteó para llamar con la mano a aquella desconocida.

Cuando se acercó casi la pude reconocer, su rostro se me hacía muy conocido, pero no sabía de donde.

-Valeria, te presento a Brooke Shields. Brooke, te presento a Valeria… mi novia.

“Valeria… mi novia”, esa frase hizo que sonría como una absoluta boba. Aunque debía reconocer que el cabello ondulado color castaño, los ojos azules y su piel color blanco de Brooke hizo que los celos irrumpan de manera brusca en mi cabeza. Era increíblemente hermosa, él ya me había contado sobre ella, aparte que ya la había visto unas cuantas veces en la televisión, pero jamás pensé que me iba a encontrar con tremenda… sorpresa.

-Mucho gusto. -dijo Brooke alargándome su mano y sonriéndome de una manera encantadora. -Michael habla mucho de ti, pero jamás pensé conocerte hoy y déjame decirte que eres mucho más linda de cómo él te describe.

Sorprendida le otorgué mi mano y las apretamos levemente.

-Gracias, eres muy amable. -fue lo único que logré decir.

-Bueno, seguramente quieren estar solos… los dejo. -dijo esto se despidió de nosotros y se alejó de donde estábamos nosotros.

De repente, Michael empezó a reírse a carcajadas, rompiendo toda la tranquilidad de la noche.

-¿De qué te ríes? -le pregunté extrañada- haces mucho ruido, guarda silencio.

-Lo siento, es que… -paró para poder calmarse- por un momento pensé que estabas celosa.

-¿Celosa? Estas alucinando. -contesté blanqueando los ojos y cruzándome de brazos. -Solo, me pareció raro verte con ella, después de que me esquivaste una y otra vez el tema de ustedes. Pensé que llevaste una mala relación.

-No, pensaste mal. -dijo acomodándose los rulos que caían graciosamente sobre su frente- Lo que pasó fue que nos distanciamos mucho, ella dejó de llamarme y viceversa. Llegué a pensar que ya no quería verme más y por eso no te hablaba de ello, se me hacía… incómodo.

-Eh… ya veo. -sonreí- bueno, hasta que al fin te encuentro.

-Lo mismo digo pequeña. -se acercó y me trajo contra su pecho- te ves tan hermosa esta noche -susurró muy cerca de mi oído.

Una vez más, me sentí en la misma gloria. Su perfume, sus caricias, su dulce voz, su piel suave y exquisita, todo. Absolutamente todo de él era el mismísimo cielo.
Me separé de él algunos centímetros para contemplarlo, la luz de la Luna hacía que se marquen de una manera celestial sus hermosas facciones. Me perdí en la intensidad de su mirada y me entregué al vicio de sus levemente gruesos labios.

Nos encontrábamos ya sentados en una de esas elegantes bancas, yo estaba recostada sobre su hombro y él me acariciaba el cabello con delicadeza, como acostumbraba hacerlo.

-¿Te acuerdas que tenía una propuesta por hacerte? -preguntó acabando con todo el silencio del lugar.

-Si, ¿me dirás de qué se trata por fin?

-Pues… quiero que nos alejemos de todo esto por un tiempo. -me sobresalté, levanté mi cabeza y lo miré fijamente de una manera confusa. -Valeria… ¿me llevarías a conocer el lugar en donde naciste?




5 comentarios:

  1. Pero bueno! Que me has dejado impactada!
    Michael es un amor *.* ! ... y esa Brooke me da mala espina.

    Pero tienes que seguirla pronto! Muero por saber que pasa! Morire si no actualizas pronto, ya quiero seguir leyendote!

    Mil besos, linda!

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  2. Brooke me da como dijo Julia, mala espina >.<
    no me la trago xD

    Michael es tan lindo♥ awwn me encanto esa ultima parte, tan romántica
    aceptara o no?
    ya quiero q siga
    gracias x actualizar
    espero q la cotinues pronto
    saludos :)

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  3. Me encanta la forma en la que escribes,sobre todo la manera que tienes de describir las cosas,desde la forma que tiene el cabello de una persona hasta el más minucioso detalle.
    Me ha encantado el capítulo,sigue así
    It's al for L-O-V-E
    God Bless You

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  4. Me encantó !!!!!!
    Michael es demasiado lindo y románticooo *-*

    bueeno, a mi también me da mala espina Brooke D:
    Y sii!! me encantaría que viajen Vale y Mike.

    Ya quiero saber que sigue !
    Espero continúes pronto Tati, amo como escribess *-*

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  5. CHICA!!! DEVO DEVO DDECIRTE QUE HACE UNA SEMANA ESTOY LEYENDO TODO SII LO JURO JUROO Y Y DIOSS!! MIO!! ERES ESPECTACULAR ERES GENIALL ERES WOOOB!! *o*!!! NO NO AME CADA PALABRA QUE ESCRIVIR QUIERO SER COMO TU UU SI SOLO COMO TU XD encerioo lo amee lo recontra AME!!! *O*!!! AAAAAAAAAAH!H!!! .
    Como lo haces? dimelo esas palabras te llegan de alma y eso seda cuenta *-*.
    Bueno soy yo o creo que a todos nos da mala espina brooke osea seve bruja XD . aaaaaaaaww *-* se llama Valeria SEE LLAMA VALERIA COMO Y COMO!!! YO ME SIENTO COMO LA PROTAGONISTAA*-*!!! AAAAAAAAAWW DIOS MUERO *-*!!!!.... AAAAAAAAAAAAAWW TE AGRADESCO PRO SEGUIRME ^^ NO TUVE TIEMPO PORPASARME NUNCA U.U SI LO SE D: SOY MALA T_T !!!.. PERO ADMIRE 100% COMO ESCRIVES *-*!! SIGUELE RAPIDO ENCERIO MUERO POR SABER *-*!!.


    SAAAYONARAA e.e

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